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El sentido de las palabras

Language is the system of vocal noises meant to mean.

C. S. Lewis escribió esa definición en lo que iba a ser el prólogo del libro que tenía planeado componer con su gran amigo y colega J. R. R. Tolkien, sobre el lenguaje y la naturaleza humana. Traducido al español vendría a decir que «el lenguaje es el sistema de sonidos pronunciados con la intención de significar algo», aunque tiene mucha más fuerza y gracia expresado en inglés, con el juego que da la polisemia del verbo mean.

Cuando me dispuse a escribir un libro sobre este tema, deseé darle un título que hiciese referencia a esa definición, pues de hecho esas pocas palabras contienen la esencia de mucho de lo que quería contar. Pensé que Sounds meant to mean sería un gran título en inglés, pero «Sonidos con significados intencionados» perdía bastante. Palabras con sentido, el título finalmente escogido tanto para el libro como para este sitio web, trata de recoger algo de esa idea, aunque sea transformando algunos detalles, con el bonus de conseguir un nuevo juego de palabras.

Cuando se trata de definiciones lingüísticas, la palabra «significado» acude con naturalidad como traducción de meaning. En gran parte debemos esto a la nomenclatura empleada por Ferdinand de Saussure, el eminente lingüista cuyas teorías modelaron los estudios sobre la materia durante gran parte del siglo XX. En su Curso de lingüística general, originalmente escrito en francés, se definían los signos de los que se compone el lenguaje (signes) como combinaciones de conceptos e imágenes acústicas, usando el nombre de signifiant para designar de forma más general la imagen acústica, y signifié para el concepto. Y como tantos otros detalles de su obra, las traducciones más inmediatas de esas palabras («signo», «significante», «significado») han pasado a formar parte del canon que hemos aprendido en las clases de lengua en la escuela. Pero si dejamos de lado por un momento esa herencia, es fácil ver que tiene mucho más sentido traducir meaning como... bien, pues eso mismo: «sentido».

El propio Lewis dedicó un capítulo completo de su libro Studies in Words a la palabra sense («sentido»), donde explicaba las ramificaciones semánticas de ese término y otros derivados del latín sentire, que tienen mucho que ver con las del inglés mean —a pesar de que no exista ninguna relación etimológica entre ambos verbos—. Mean viene del germánico occidental *mainjan, relacionado con «opinar» y «pensar»; por su parte, sentire se empleaba originalmente para «percibir» o «experimentar» (conocer a través de la experiencia). Los dos acabaron siendo usados para designar, entre muchas otras cosas, la acción del juicio y el raciocinio, y de ahí derivó que tanto meaning como sentido se apliquen a la interpretación que se hace de una palabra, una frase o una obra. Pero también por eso ambas palabras tienen un carácter apreciativo del que carece significado, que es sencillamente aquello que ha sido «señalado».

árbol semántico de sense 

Así, el sentido de unos sonidos pronunciados es por una parte aquello que simbolizan (lo que Lewis llamaba el «sentido simbólico» de meaning), pero también puede referirse a la intención con la que el hablante los ha producido o con las que el receptor los interpreta (el «sentido psicológico» de meaning, atendiendo de nuevo a la nomenclatura usada por Lewis). Por lo tanto, en definitiva una forma más compacta de traducir su definición del lenguaje podría haber sido «sonidos con sentido». No sería un mal título del todo para un libro sobre Tolkien y Lewis, pues las dos palabras principales condensarían los respectivos intereses principales de ambos autores.

Pero finalmente, me pareció que hablar de «palabras» en lugar de «sonidos» transmitía con más claridad que el objeto de la discusión es el lenguaje, y además daba un nuevo giro semántico a la expresión, bastante pertinente para el caso. Porque como decía arriba, el sentido es también lo que produce el juicio y la razón; así que las «palabras con sentido» parecen indicar las «cosas que se dicen con sentido común», en contra de los sinsentidos dichos por otros. Una idea provocadora, más cuando uno mira las ideas de Lewis y Tolkien sobre el lenguaje y literatura, y la distancia que las separa de las corrientes intelectuales de su época.

Así que si alguien se lo pregunta: en efecto, I meant to mean that.

 

 

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