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Mostrando entradas de junio, 2023

Tolkien y los neogramáticos

Hay una cosa extraña en las lenguas élficas que inventó Tolkien, que a primera vista parece un gran fallo. Existen muchas de esas lenguas: el sindarin que predomina en los nombres de lugares y personajes de la Tierra Media, el ceremonioso quenya en el que se dan los nombres de los reyes, la canción de despedida de Galadriel y otros poemas, y también otros idiomas élficos con una presencia marginal. Pero se nos hace ver que todos ellos son lenguas emparentadas, descendientes de un «eldarin común» que hablaban los más antiguos elfos antes de la Primera Edad del mundo. Y precisamente en ese detalle, que por otro lado hace que sea una invención lingüística magistral, es donde se encuentra el problema. Porque los elfos son eternamente longevos, así que ese desarrollo y ramificación de las lenguas, semejante al que experimentan los idiomas «de verdad» a lo largo de decenas de generaciones, se da en las lenguas élficas en el intervalo de solo unas pocas, o incluso una sol